Hasselblad es sinónimo de excelencia en el mundo de la fotografía de formato medio. A lo largo de los años, esta marca sueca ha consolidado su lugar como un referente de calidad y diseño, marcando hitos tanto en la Tierra como en el espacio. Este repaso histórico muestra cómo una empresa familiar evolucionó para convertirse en un ícono global.
La historia de Hasselblad se remonta a 1841, cuando la familia Hasselblad abrió un negocio en Gotemburgo enfocado en el comercio general. Décadas más tarde, en 1888, Arvid Hasselblad, atraído por la fotografía, estableció una colaboración con George Eastman, fundador de Kodak. Este vínculo permitió a la empresa distribuir productos Kodak en Suecia, sentando las bases para su incursión en el mundo fotográfico.
Victor Hasselblad, nieto de Arvid, llevó la empresa en una dirección completamente nueva durante la Segunda Guerra Mundial. En respuesta a un encargo del gobierno sueco, desarrolló cámaras aéreas para la aviación militar. Fue en este período cuando se gestaron los fundamentos de lo que más tarde serían las cámaras Hasselblad comerciales.
En 1948, Victor Hasselblad presentó la 1600F, la primera cámara de formato medio modular con lentes intercambiables. Este diseño innovador destacó por su flexibilidad y calidad de construcción. Aunque los primeros modelos enfrentaron desafíos técnicos, la marca ajustó rápidamente el diseño, consolidando su reputación como fabricante de cámaras fiables y precisas.
La apuesta de Hasselblad por la perfección técnica y la durabilidad convirtió a sus cámaras en herramientas indispensables para fotógrafos profesionales de todo el mundo.
El momento que catapultó a Hasselblad a la fama mundial llegó en 1962, cuando la NASA seleccionó sus cámaras para misiones espaciales. La 500C, conocida por su diseño robusto, fue modificada para soportar las condiciones extremas del espacio. Estas cámaras capturaron imágenes icónicas durante misiones como el programa Apolo, incluidas las primeras fotos tomadas en la superficie lunar durante la misión Apolo 11 en 1969.
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Este logro cimentó la reputación de Hasselblad como líder en precisión y fiabilidad. Las cámaras de la marca se convirtieron en una elección natural para fotógrafos de moda, retratos y paisajes que buscaban resultados excepcionales.
A finales del siglo XX, con la llegada de la fotografía digital, Hasselblad enfrentó nuevos retos. En 2002, la compañía lanzó la H1D, su primera cámara digital de formato medio. Este modelo marcó un antes y un después, ofreciendo una calidad de imagen extraordinaria en el ámbito profesional.
La innovación continuó con el lanzamiento de la X1D, una cámara sin espejo de formato medio. Este modelo combinaba portabilidad con la calidad de imagen por la que Hasselblad siempre ha sido conocido, atrayendo tanto a fotógrafos profesionales como a aficionados exigentes.
En la actualidad, Hasselblad sigue marcando la pauta en la industria. Modelos como la X2D 100C, que cuenta con un sensor de 100 megapíxeles, representan la cúspide de la tecnología fotográfica. La marca continúa combinando su legado de precisión y calidad con innovaciones diseñadas para satisfacer las demandas de la fotografía moderna.
Con un diseño elegante y características avanzadas, Hasselblad sigue siendo la opción preferida de aquellos que buscan capturar imágenes de calidad excepcional.
La historia de Hasselblad es un testimonio de cómo la innovación constante puede llevar a una marca desde sus humildes inicios hasta el reconocimiento global. Su participación en hitos históricos, como la exploración espacial, y su dedicación a la excelencia han dejado una huella indeleble en la fotografía. Hoy, Hasselblad se mantiene como un símbolo de calidad y sofisticación, inspirando a fotógrafos de todas partes a alcanzar nuevas alturas creativas.
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